Las uniones tradicionales se caracterizan por no tener elementos externos al propio material, ya que la forma de crear la unión es mecanizando este material con herramientas especializadas.

Estas uniones se llevan a cabo acoplando las piezas como si se tratase de encajar un puzzle. Las uniones de madera tradicionales pueden dividirse en tres grandes grupos:

• Empalmes: estas uniones se utilizan para dar continuidad dos piezas. La unión se produce por la testa. Es el tipo de unión de madera al que nos referíamos anteriormente que sirve para prolongar dos piezas y que se usa, por ejemplo, para dar continuidad a las vigas.
• Ensambles: se trata de uniones con ángulo. Sirven para juntar dos piezas con diferente dirección en sus fibras. Un buen ejemplo son las uniones de componentes de un conjunto de carpintería como un mueble o una estructura, donde se hacen uniones a 90 grados.
• Acoplamientos: también conocidas como juntas, se emplean cuando es necesario aumentar la sección en la pieza, para que trabajen dos piezas de forma simultánea. Este sistema de unión de madera se realiza por las caras o cantos.

Unir la madera mediante ensambles sin tornillos nos permite conseguir un acabado mucho más natural y estéticamente limpio.  

Estas técnicas de uniones buscan la mayor resistencia posible a la vez que la mayor eficiencia, así como durabilidad.

Se trata de uniones compactas en forma de rompecabezas que ensamblan perfectamente cada pieza involucrada con la otra, de esta forma cada pieza queda perfectamente fijada dándonos como resultado un acabado más natural.