Los factores ambientales a los que nos exponemos, tanto naturales como artificiales, condicionan esta interacción y, llegado el caso, pueden afectar negativamente a nuestra salud. Además, estos factores no tienen un efecto aislado, sino que producen un efecto sinérgico que potencia los efectos nocivos que puedan causar.
Como seres vivos reguladores que somos mantenemos una interacción activa y constante con nuestro entorno.
Para poder valorar el conjunto de la exposición de las personas a los factores de riesgo presentes en el ambiente se ha acuñado el término «carga tóxica total».
En el contexto actual de sobreexposición generalizada a riesgos de origen físico, químico y biológico, esta carga resulta un aspecto clave en el desarrollo de enfermedades.
Las consecuencias más evidentes de esta exposición se constatan ya en el incremento de personas afectadas por sensibilidad química múltiple y otros síndromes de sensibilización central.
La exposición a diversas sustancias tóxicas ambientales, incluso a bajas concentraciones provoca a medio y largo plazo una respuesta orgánica incrementada que puede derivar en diversidad de síntomas.
Vivir en una casa sin tóxicos
Detrás de esta sintomatología están agentes presentes en la vida cotidiana que muchas veces nos pasan desapercibidos. Y estos es especialmente cierto en ambientes interiores en los que pasamos la práctica totalidad de nuestro tiempo.
No es exagerado decir que sufrimos una exposición crónica a ambientes que pueden llegar a convertirse en una verdadera “sopa tóxica”.
¿Cómo nos afecta en la salud la presencia cotidiana de estos factores de riesgo? ¿Cómo podemos reconocerlos en casa? ¿Qué podemos hacer para vivir saludablemente en una casa sin tóxicos sin renunciar a las prestaciones de los avances tecnológicos?
Estas son algunas de las preguntas que Elisabet Silvestre, nuestra invitada de esta semana, trata de responder en su día a día.
Factores de riesgo
Una casa sana, además de ser acogedora y funcional, no debe suponer un incremento de la carga tóxica total recibida.
Sin embargo, la exposición a agentes biológicos (bacterias, mohos, virus, insectos), químicos (sustancias presentes en productos de limpieza, cosméticos, materiales de construcción y decoración, tejidos, juguetes,…) y físicos (sobreexposición a la contaminación eléctrica y electromagnética derivada de la instalación eléctrica de la vivienda, o la que generan los equipos electrónicos, los transformadores, o la telefonía móvil) es muchas veces mayor en el interior de las viviendas que en el exterior.
Elisabet lo tiene claro: “Vivir sin tóxicos es una premisa básica para disfrutar plenamente de la vida (…). El garantizar una óptima calidad del ambiente interior es la clave para obtener edificios más saludables y evitar la presencia de determinados factores de riesgo ambientales que pueden acabar mermando el bienestar y la salud de las personas que forma habitual son usuarias del espacio.”
Como ella misma dice “es preciso tener un conocimiento de los diferentes factores de riesgo, cómo se originan, los indicadores a evaluar, así como las opciones y soluciones para llegar a minimizarlos y evitarlos. Y lo más importante, considerarlos desde el mismo momento del diseño del proyecto, con ello se garantiza que la construcción o la rehabilitación cumpla criterios de salud ambiental en relación a las personas.”
¿Quién es Elisabet Silvestre y cómo podemos acceder a conocer su trabajo?
Elisabet es doctora en Biología, máster en Biología Humana, máster en Bioconstrucción y experta en Biohabitabilidad.
Ha desarrollado su labor profesional en diferentes hospitales y centros sanitarios de Barcelona y ha sido jefa de servicio de Citogenética y Biología Molecular.
En la actualidad, su labor se centra en el campo de la salud ambiental como experta en biología humana y del hábitat.
Es docente en varios másteres y posgrados. Es conferenciante y colabora con profesionales de la salud y de la arquitectura como asesora en criterios de la salud del diseño, la rehabilitación y la construcción de espacios a través de la Biohabitabilidad.
También colabora en revistas de divulgación y es autora de los libros “Geobiología y biohabitabilidad: la salud a través del hábitat”, “Casa saludable: Cómo hacer de tu hogar un entorno más sano”, “Espacio con valor ambiental”, “Tu casa sin tóxicos” y “Vivir sin tóxicos”.
Puedes conocer su trabajo desde aquí.
Aquí tienes la sesión con Elisabet Silvestre acerca de las claves para una casa sin tóxicos
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