Cómo afectan las radiaciones electromagnéticas a la salud de las personas y cómo una instalación eléctrica biocompatible reduce su exposición. Conoce qué diferencia una instalación eléctrica biocompatible de las instalaciones convencionales, cómo deber ser su diseño y qué elementos la componen.
La instalación eléctrica ha sido durante mucho tiempo, y lo sigue siendo, la gran olvidada en las edificaciones, tal vez debido a la falta de formación que hemos recibido quienes proyectamos los edificios, aunque también haya contribuido el que “no se ve”.
Sin embargo, la normativa de aplicación para estas instalaciones hace especial hincapié en las medidas de seguridad que se deben adoptar, aunque estas no se estén actualizando en una gran cantidad de viviendas y lugares de trabajo.
Desde la Bioconstrucción la seguridad de estas instalaciones no sólo afecta al peligro de muerte o lesión severa, sino que contempla las “interferencias” que los campos electromagnéticos pueden generar en nuestro sistema bioeléctrico.
Pongamos un poco de energía (positiva) en este campo para mejorar las condiciones de vida de las personas.
¿Qué es una instalación eléctrica biocompatible?
Una instalación eléctrica biocompatible es aquella instalación que busca reducir la exposición a los campos electromagnéticos a la vez que elimina la presencia de compuestos tóxicos propios de las instalaciones convencionales, con el fin de no interferir negativamente en nuestros procesos biológicos, especialmente en el bioeléctrico.
Actualmente, y producto de la vida moderna, sufrimos una gran exposición a radiaciones electromagnéticas.
Por ejemplo, radiaciones de alta frecuencia provenientes de redes inalámbricas, como wifi o teléfonos móviles.
Pero también campos electromagnéticos de baja frecuencia cuyas fuentes se encuentran en las conducciones eléctricas de las estancias: mecanismos, electrodomésticos y dispositivos que se alimentan de esta energía suministrada a nuestros hogares y lugares de trabajo.
Nuestro organismo produce pequeñas corrientes eléctricas en los procesos químicos o en el trasvase de información a través del sistema nervioso.
Lo cierto es que las personas también producimos pequeñas corrientes eléctricas y la interacción entre las cargas electromagnéticas exteriores con las de nuestro cuerpo afectan a nuestro organismo de diversas maneras.
En consecuencia una instalación eléctrica biocompatible lo que busca es limitar las radiaciones de baja frecuencia para evitar posibles problemas a la salud de las personas.
Cómo minimizar los campos electromagnéticos con una instalación eléctrica biocompatible
En todo proyecto de Bioconstrucción el diseño de la red eléctrica es un apartado muy importante, en cuanto es algo que afecta directamente la salud de las personas.
Esto se logra siguiendo las normativas de baja tensión y teniendo en cuenta unos criterios de diseño específicos, que según el caso pueden llevar consigo la incorporación de elementos o dispositivos adicionales, destacamos:
- El correcto diseño de la instalación: Se promueve el diseño de tipo espiga y no bucle con el fin de evitar la generación de campos electromagnéticos; así como establecer una distancia mínima a los elementos de la instalación y un equilibrio entre confort (número de mecanismos) y salud.
- El uso de cableado apantallado, de esta forma podemos derivar el campo eléctrico generado por la tensión de los cables; para ello es imprescindible contar con una toma de tierra de calidad con un mantenimiento adecuado para que no pierda eficacia.
- La utilización de cableado y mangueras libres de PVC y de halógenos por el riesgo de generación de tóxicos en determinadas condiciones, además de la liberación al ambiente de contaminantes, entre los que destacan los disruptores endocrinos o alteradores hormonales.
- Instalación de un desconector de red. Un desconector de red, permite eliminar campos electromagnéticos innecesarios. Se pueden instalar a nivel general o para un solo circuito, como el de una habitación por ejemplo.
En las áreas donde más tiempo pasamos o descansamos (dormitorios, zonas de estar o lugares de trabajo) es recomendable, especialmente en dormitorios, eliminar o minimizar al máximo los campos electromagnéticos, al menos durante las horas de sueño.
Por eso hay que prestar especial atención al entorno inmediato de la cama.
No debemos olvidar que la intensidad de los campos electromagnéticos disminuye significativamente al alejarnos de la fuente: instalaciones, aparatos eléctricos conectados a la red eléctrica, transformadores, drivers, etc.
Y saber que la densidad de flujo de los campos magnéticos es proporcional la potencia consumida, de manera que la forma más efectiva de reducir la exposición a estas radiaciones es establecer distancia y reducir el consumo.
¿Quién es Silvia de Santos y cómo podemos acceder a conocer su trabajo?
Silvia de Santos es arquitecta especializada en Urbanismo por la Universidad Politécnica de Madrid y Máster en Bioconstrucción IBN-IEB-ITL por la Universitat de Lleida. Es especialista en Mediciones de Bioconstrucción por el Instituto Español de Baubiologie (IEB).
En los últimos años se ha especializado en el análisis de los factores de riesgo para la salud en el hábitat (radiaciones, tóxicos y microbiología).
En este campo desarrolla labores de evaluación, asesoramiento y difusión con charlas y artículos como miembro de Bihho, en colaboración con Ecologistas en Acción y a través de la participación en diferentes colectivos y movimientos sociales.
En la actualidad su trabajo se centra en la investigación y difusión de la biología del hábitat.
Puedes conocer su trabajo desde aquí o desde su cuenta de LinkedIn.
Aquí tienes la sesión con Silvia de Santos sobre instalación eléctrica biocompatible
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